Marco Civil: Brasil en la vanguardia de la reglamentación de internet como garantizadora de derechos

by Digital Rights LAC on noviembre 29, 2014

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Los últimos dos años quedarán marcados en la historia de internet como aquellos en que afloraron las disputas en torno de su futuro. No es por nada, son los años que antecedieron la llegada a la madurez de la red mundial de computadoras: este año se celebra 25 años de su invento.

Por Marina Pita*

Y si internet nació y creció más rápidamente en América del Norte, parece que son los países de América del Sur los más ávidos en defender principios que la mantenga en la misma ruta en su fase adulta”. Brasil en especial, sigue en posición de destaque con la aprobación en abril de la Ley 12.965, el Marco Civil de Internet.

La Conferencia Mundial de Telecomunicaciones (WCIT), en diciembre de 2012, levantó la polémica sobre quién debe reglamentar la red. Y en la época, el director del organismo de la ONU apuntó a la ausencia de balance entre la inversión hecha por las empresas que actúan mayoritariamente en la capa de lainfraestructura, los Internet Service Providers (ISPs), y las compañías que lucran con ella, compañías con actuación en línea Over-The-Top, en su jerga. A buen entendedor quedó claro que había una apertura para pensarse en un modelo de internet en que las grandes plataformas en línea y productores de contenido tuviesen que pagar para que los usuarios de la red pudieran llegar hasta ellos. Esa decisión afectaría mortalmente el potencial de internet para la democratización del conocimiento, libertad de expresión e innovación.

A partir de ahí el debate sobre la necesidad de mantenimiento del principio de la neutralidad de red creció rápidamente, y en el caso de Brasil, se sumó al esfuerzo que distintas organizaciones de la sociedad civil y hacktivistas ya venían haciendo para evitar que fuesen creadas leyes sobre internet desde la perspectiva de la criminalización de los actos ilícitos e infracciones. Todavía en 2007, en contraposición al proyecto de ley de delitos cibernéticos (84/99) que establecía el vigilantismo en la red, surgió conceptualmente la idea de fomentar una legislación para reglamentar internet en Brasil partiera del principio de la garantía de derechos. Cierto deseo encontró bases sólidas para fructificar cuando en 2009, el Comité Gestor de Internet (CGI.br) – entidad tripartita con miembros representantes de la sociedad civil, empresariado y gobierno – aprobó una resolución con los diez principios para gobernanza y uso de internet en Brasil. Son ellos la libertad, privacidad y derechos; gobernanza democrática y colaborativa; universalidad; diversidad; innovación; neutralidad de red; inimputabilidad de la red; funcionalidad, seguridad y estabilidad; estandarización e interoperabilidad y ambiente legal y regulatorio.

Ya bajo la responsabilidad del Ministerio de Justicia, el anteproyecto de ley recibió más de dos mil contribuciones de todos los sectores de la sociedad con amplia participación de entidades defensoras de los derechos en línea y hacktivistas, ya movilizados para impedir la aprobación del proyecto de criminalización de actividades en línea y vigilantismo electrónico. A partir de 2011, cuando la primera versión del proyecto llegó a la Cámara, el Marco Civil pasó por una nueva rodada de consultas. El texto fue perfeccionado por medio de distintos sectores, en cuatro de las cinco regiones del País. El texto también pasó por una consulta en línea y, por primera vez en la historia de la Cámara de Diputados brasileña un proyecto de ley recibió contribuciones por el Twitter. Incluso el relator del proyecto de ley, Alessandro Molon (PT-RJ) acató una de ellas, incorporada al texto final. Es decir, el Marco Civil no innovó sólo en su temática, pero mostró nuevas posibilidades al proceso legislativo brasileño y en amplia y popular participación teniendo como medio internet.

Sin embargo, al llegar a la Cámara de los Diputados el texto enfrentó dura resistencia en el Congreso brasileño. El tema era técnicamente muy complicado para los parlamentares, con poco conocimiento técnico sobre el funcionamiento de la red. Y, además de ello, las gigantes de las telecomunicaciones iniciaron un fuerte lobby para impedir su aprobación usando argumentos sesgados. Para las gigantes Telefónica, América Móvil y Teleco Italia, cada cual con su subsidiaria en Brasil, el Marco Civil las impediría de crear nuevos modelos de negocio basados en la capacidad de recolectar datos de usuarios, administrar la red para creación de planes por servicios y cobrar de las empresas de contenido y plataformas en línea por el tráfico diferenciado.

Para la sociedad civil de todo el mundo que enfrenta ese fuerte lobby dentro de sus fronteras es necesario destacar que, por primera vez en Brasil, el monopolio en la radiodifusión – tan penoso para los avances políticos locales – pesó en favor de los intereses de la sociedad civil. Sintiéndose amenazada por las teles que avanzan en la distribución de contenido y recelosa de tener que pasar a pagar para que los internautas accedan sus portales, la empresa familiar Rede Globo de Televisión, que concentra el 70% de la publicidad en TV del País, colocó su peso político y su línea editorial en favor del Marco Civil de Internet.

Fue entonces cuando en medio a presiones para los dos lados, fueron divulgados los primeros reportajes en el The Washington Post y en el The Guardian sobre la vigilancia estatal en Estados Unidas y que contaría con la colaboración de las grandes corporaciones de internet. Este hecho fue fundamental para que la lucha de la cuerda que estaba establecida en torno del Marco Civil de Internet comenzara a inclinarse hacia el lado de la sociedad civil organizada. El tema de la privacidad de los datos personales, muchas veces descuidado en Brasil – el país del pueblo amigable – afloró. Obviamente a esa altura, buena parte del gobierno brasileño ya estaba convencido de la importancia de la neutralidad de red, de la garantía de libertad de expresión y acceso a la información el trípode fue concluido en el caso de la importancia de las garantías para el derecho a la privacidad.

El texto del Marco Civil de Internet es extremamente importante al imponer la neutralidad como un principio. La neutralidad de red garantiza que internet siga abierta para que las voces disonantes puedan expresarse al costo de la conexión y que puedan ganar relevancia a partir del interés de los internautas y no por su poder económico. La producción de contenido independiente en línea en Brasil viene ganando espacio para enfrentar el oligopolio de la radiodifusión y la concentración de la prensa en las manos de familias conservadoras. En las manifestaciones de junio en contra el aumento del precio del pasaje del ómnibus, vídeos en línea fueron fundamentales para contraponer la posición de la policía militar, que llevó detenido a diversos activistas y actuó con violencia contra manifestantes pacíficos. El Marco Civil también garantiza que las requisiciones de retirada de contenido del aire sólo sean impuestas cuando hay orden judicial.

Esta regulación crea un entorno jurídico seguro para que las plataformas de contenido no sean coaccionadas a retirar material del aire bajo amenazas. La sociedad civil brasileña entiende que este hecho es de gran importancia porque sin la mediación de la justicia, pesan la capacidad económica y el poder político en la definición de retirada de contenido, con gran perjuicio a la libertad de expresión y diversidad y pluralidad de ideas. Esa regulación ya se mostró relevante en el caso de las elecciones de 2014. Algunos políticos han invertido pesadamente contra la divulgación de informaciones, sátiras y críticas en línea, pero ahora necesitan pasar por el análisis de la Justicia. Pero, en este punto es necesario destacar que, la sociedad civil no logró revertir la excepción para el “notice and take down” (notificar y retirar) en el caso de contenido protegido por derecho de autor.

En el caso de la privacidad, el texto establece que, la comunicación privada es inviolable y las operadoras de las redes de telecomunicaciones están impedidas de vigilar el contenido accedido por sus clientes, una vez que él no puede cambiar de proveedora de servicio, como también cambiar de browser o de aplicación. En el caso de las aplicaciones en línea, el acceso y copia de datos personales requiere el consentimiento expreso del usuario, tras haber sido informado de forma clara y completa sobre esa recolección y tales datos deben ser excluidos en el caso que el usuario termine su contrato con la empresa.

Para Brasil y las entidades que luchan por la garantía del derecho a la libertad de expresión, acceso a la información y privacidad, el Marco Civil es una victoria como hace mucho no se veía en materia de comunicaciones. Sin embargo, la ley sólo establece las reglas para el juego, ahora corresponderá a cada uno de los actores jugarlo para que los reglamentos previstos sean implementados de hecho.

* de Intervozes.